Una hermosa mujer rubia sentada cómodamente en su trono que está rodeado de vegetación, parece estar en medio de un campo de cereal cerca de un bosque, simbolizando que la voluntad la ha llevado a sentirse segura y cómoda incluso a la intemperie, pues ha creado un vergel a su alrededor, la vista es hermosa y fecunda igual que ella. Lleva en su mano derecha un cetro con una esfera en el extremo, como diciendo que el mundo está en sus manos o que es su dueña.

Sobre su cabeza una corona hecha estrellas y laureles alrededor, las estrellas indican fe en sí misma y las hojas de laurel es triunfo además de indicar que la emperatriz tiene un alto sentido estético y habilidad para las artes (Apolo-dios las de las artes y la victoria, está relacionado con el laurel)

Ella siempre saldrá adelante, es una ganadora, reina de todo lo que la rodea.

Adornando su cuello unas perlas celestes, lo que piensa lo realiza con pureza.

Su vestido es blanco con flores rojas. Está apoyada en tres cojines, es capaz de hacer congeniar la pureza y la pasión y hacer de esta unión algo útil y vello. Esos tres (familia) cojines son la familia, y eso es su apoyo, descansa sobre ella y al mismo tiempo la protege.

Al costado derecho también, se encuentra un escudo con el signo de Venus, símbolo de la femineidad, de amor, placer y fecundidad.

La emperatriz es la segunda mujer del tarot y es la lámina número tres, que es el número de la multiplicación y se refiere a todos los procesos naturales de producción y reproducción, es dadora de vida, sostén y seguridad, por tal es arquetipo de la madre; nos da la primavera idea del poder del amor en el tarot.

Y a su vez es la representación misma de “la madre naturaleza”; su riqueza consiste en alimentar a todos los seres y su grandeza en otorgar belleza y magnificencia a todas las cosas. Posee y admira sus recursos con esplendes y sabe combinar los materiales a su alcance para lograrla belleza. Organiza todo con talento u hábil sagacidad, más es capaz de hacerse obedecer con dulzura sin tener que utilizar su autoridad.

El mundo de la emperatriz es perfecto, hermoso, ideal, natural, protegido sin luces ni colores artificiales, todo en ella es generosidad, fertilidad, creación, es el vivido proceso de la naturaleza en creación continua que no desperdicia producto alguno, siempre en acción.

Como persona estamos hablando de la mujer ideal, completa, que cubre todos los aspectos; amante, esposa, amiga, madre de sus hijos, pareja y retrata de una mujer fértil, es realista, alegre y natural, llena de armonía y sentimientos generosos, sensuales y equilibrados.

Representa la Fortaleza femenina, sexualmente atractiva, y al tiempo que poderosa, usualmente asociada a las reinas de otras alturas como Ginebra, Demeter.

Representa también, estabilidad hogareña, elegancia, dominación, calma, control, la comprensión de los sexos.

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Recuerde que en el tarot mítico, las autoras han puesto esta lámina en segundo lugar, aunque no llevan número; yo le he puesto en la lámina el nombre a la figura que representa, no viene en el tarot original.

A nivel adivinatorio, cuando al echar las cartas aparece la emperadora, eso sugiere el principio de una fase más terrenal de la vida. Se puede producir una boda o el nacimiento de un niño; o el nacimiento de un hijo de la creación, es decir, un producto artístico, porque eso también necesita de la paciencia y los cuidados de la Gran Madre. A través de esta carta entramos en el campo del cuerpo y de los instintos, que es un lugar de paz y también de estancamiento, que da vida y a la vez la ahoga. Por eso el Loco, el hijo del cielo, descubre que vive en un cuerpo físico y no es solamente una criatura, sino también es material.

Demeter

Encontramos aquí a la gran diosa Deméter, que es la Madre Tierra, soberana de toda la naturaleza y protectora de las pequeñas criaturas indefensas. En la mitología griega, Deméter hacía madurar cada año el trigo dorado, y al final del verano el pueblo le daba las gracias por la generosidad de la tierra. Deméter gobernaba los ciclos ordenados de la naturaleza y la vida de todas las cosas que crecen –de ahí el vestido que lleva. Ella presidía la gestación y el nacimiento de una nueva vida, y bendecía los ritos de la boda como un vaso para la continuidad de la naturaleza. Deméter es una diosa matriarcal, una imagen del poder dentro de la misma tierra, que no necesita confirmación espiritual del cielo. Decían que ella había enseñado a los hombres las artes de arar y cultivar la tierra, y a las mujeres las artes de moler el trigo y cocer el pan.